SEÑALADOS
Oliverio Ascascius.
Los policías de este país
no piensan, no sienten,
no cuestionan.
Sólo son como perros criminales
entrenados para hacer daño.
Paran las orejas, olfatean, gruñen
atacan y muerden.
Muerden sin piedad
babean, estiran, clavan y arrancan.
Odian,
odian toscamente, sin razón
porque no tienen entendedera.
Muerden, y en cada tarascada
solo añaden desprecio tras desprecio
a sus perrunas y roñosas vidas.
|